La crisis mobiliaria estadounidense producida por la desbordada contratación de hipotecas «subprime» obligó a muchos bancos centrales, entre ellos y de forma importante, el Banco Central Europeo (BCE), ha inyectar grandes sumas de dinero para amortiguar la falta de liquidez. Los bancos desconfiaban unos de los otros y el clima de incertidumbre que se respiraba en el horizonte económico era muy evidente. Aunque no está despejado el panorama, ni mucho menos, y todavía existe una gran desconfianza, lo cierto es que se percibe un cierta relajación. Prueba de ello es que el BCE está retirando dinero, actuando de forma inversa a como lo hacía en el segundo semestre del 2007 en la que no tuvo más remedio que inyectar liquidez de forma extraordinaria en varias ocasiones.
El BCE recientemente ha retirado 368.640 millones de euros, para impedir así el exceso de líquidez. Para conseguir un gran éxito en la retirada de efectivo, proponía a los bancos un interés del 4%, porcentaje mayor al que se estaban prestando los bancos dinero entre sí. El BCE tiene como objetivo buscar y encontrar la estabilidad de precios y el excesivo dinero en circulación, es el caldo de cultivo para poner en marcha procesos inflacionistas.
La inflación es el enemigo número uno del Banco Central Europeo y toma medidas para controlarla, es decir, para encontrar la estabilidad de precios. El BCE retira el exceso de liquidez a corto plazo, pero sigue inyectando dinero para largo plazo. En Diciembre el Euribor subió, y resgistró fuertes tensiones rozando peligrosamente la cifra del 4,9%. Los bancos debían cerrar caja y hacer el mejor balance posible.
Ahora que ya ha terminado el 2007, y el nerviosismo de las entidades bancarias por cerrar las cuentas de la mejor manera posible, el Euribor comienza a descender. Aunque estemos en la cuesta de Enero y todavía es pronto para realizar pronósticos, existen posibilidades de que el Euribor media de Enero de una alegría a los hipotecados y descienda respecto Diciembre.