La tasa de ahorro de los hogares españoles desciende al 9,9%. Esto significa que en el transcurso de un año, es este caso, entre el tercer trimestre del 2006 y el tercer trimestre del 2007, el 9,9% de su renta disponible, lo han destinado al ahorro. Pero los analistas prevén que esta tasa aumentará, ya que la desaceleración económica hará que los españoles moderen el gasto y consiguientemente aumente la tasa de ahorro.
Cuando la economía va bien, es decir, en tiempos de bonanza económica, es normal que se cree más empleo, las familias contemplen un mejor futuro, y estas buenas expectativas les lleve a emprender proyectos y realizar más gastos y por consiguiente se ahorre menos.
En tiempos en los que se desacelera la economía, con un futuro menos halagüeño para los hogares, es lógico que no se actúe de un modo tan desprendido, se intente ser más previsor y se comporte con más cautela en el consumo, con lo que la tasa de ahorro suele aumentar. También hay que matizar que esta tasa de ahorro corresponde al tercer trimestre del año que es el peor en el ahorro para las familias, pues coincide con la vuelta de las vacaciones y los gastos que suponen el inicio escolar. Por otra parte hay que tener en cuenta que el ahorro es un tira y afloja y lo que puede entenderse como positivo puede muy bien convertirse en negativo, ya que una baja tasa de ahorro, tiene que ver con la perdida de poder adquisitivo, el aumento de la inflación y un alto endeudamiento de las familias, pero ante un aumento de la tasa de ahorro que signifique una importante reducción del consumo, este puede tener una incidencia directa en el Producto Interior Bruto, afectándole negativamente; y no hay que olvidar que el PIB es un indicador del crecimiento económico de un país.