No es difícil adivinar que el Euribor, salvo bajadas muy bruscas poco predecibles en los días que quedan para finalizar el 2007, volverá a subir en Diciembre. Ascenderá de nuevo, después de haber dado dos ligeros respiros a los hipotecados, descendiendo en los meses de Octubre con un valor de 4,647 % y en Noviembre quedándose en un 4,607. En el mes de Diciembre el indicador más temido por aquellos que soportan la pesada carga de una hipoteca ha vuelto a las andadas. Si bien en la tercera semana de Diciembre el Euribor ha tendido a relajarse, en las dos primeras se han registrado tensiones y el índice ha rozado el 4,9%, asustando a quienes creían que el Euribor había abandonado ya su carrera alcista.
La media de los valores registrados durante el mes que llevara a determinar como terminará Diciembre y por tanto el año, será con mucha probabilidad superior a como acabo Noviembre con el valor 4,607 %. Por lo tanto, pronto se escucharan las noticias de que el Euribor ha subido y que esto supondrá incrementos en las correspondientes letras de las hipotecas una vez se efectúen las revisiones. Muy corto, por tanto, el relajamiento del Euribor, tan sólo de dos meses, teniendo en cuenta que antes de estos dos descensos el Euribor había protagonizado 24 ascensos consecutivos desde septiembre de 2005.
No debemos dejar que la noticia de que el Euribor ascenderá de nuevo en Diciembre nos alarme excesivamente. Debemos de tener una visión más amplia y en lugar de asociar nuestra preocupación a los valores puntuales que alcanza el Euribor, tendríamos que hacerlo a las tendencias o cambios de ciclo y a las informaciones que nos llegan de analistas y expertos que estudian la evolución del indicador con mucha más profundidad e información. Noticias optimistas para los hipotecados son las que nos ofrece el servicio de estudios del BBVA que prevé que muy pronto el Euribor comenzará una cuesta hacia abajo que le lleve al valor del 3,9% al finalizar 2008, pues apuesta por que el Banco Central Europeo (BCE) baje el precio del dinero o los tipos de interés. Esto no sólo significaría que las cuotas de las hipotecas no subirían, sino que además descenderían, relajando así las tensiones económicas de muchas familias, y sirviendo además para facilitar de nuevo a muchos interesados el acceso a una vivienda.